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La hipopotasemia en adultos mayores

Las personas mayores pueden sufrir una enorme cantidad de desórdenes que a veces es muy complicado identificar. Basta con que alguna de las sustancias que son necesarias para que las funciones corporales se mantengan estables falte para que los ancianos empiecen a experimentar síntomas de todo tipo.


Una de las situaciones más peligrosas es la conocida como hipopotasemia. En este caso, el problema viene derivado de unos bajos niveles de potasio en sangre. Como es sabido, este mineral es fundamental para que se lleven a cabo numerosas funciones tanto en los músculos como en las células, por lo que su falta tiene que ser advertida y paliada lo antes posible para que los ancianos no vena comprometida su salud.

Hipopotasemia: una definición

La hipopotasemia, que también se conoce como hipokalemia o hiponatremia, es una enfermedad que se manifiesta como un desorden hidroelectrolítico del organismo. Los electrolitos son los minerales encargados de llevar cargas eléctricas que son fundamentales para que ciertas partes del cuerpo lleven a cabo su función.


En el momento en el que los electrolitos del cuerpo comienzan a desajustarse, habrá partes del organismo que no podrán reaccionar de forma adecuada, por lo que los problemas no tardarán en aparecer.


Como ya se ha señalado en la introducción, la hipopotasemia es el trastorno hidroelectrolítico que afecta al potasio. Es el más común de todos los trastornos de este tipo, y es que llega a afectar al 20 % de los ancianos que ingresan en los hospitales sin saber muy bien lo que les está pasando.


Claro que dentro de la propia hipopotasemia hay niveles. No es lo mismo tener un cuadro leve, algo que se considera cuando se mantienen unos niveles de 3 a 3,5 mEq/l que uno grave, cuadro que se diagnostica cuando los niveles son inferiores a 2,5 mEq/l.


Lo fundamental en este cuadro es conocer bien sus síntomas y acudir rápidamente a un médico. Hay que tener en cuenta que los desequilibrios de potasio pueden ser muy peligrosos para las personas mayores, por lo que conviene descubrir el problema cuanto antes.

Cuál es la causa del desequilibrio

Normalmente, el desequilibrio electrolítico se debe a una pérdida repentina o continuada de fluidos en el cuerpo. Esto provoca que sea imposible recuperar los electrolitos del cuerpo de una forma adecuada, por lo que el desequilibrio se produce en poco tiempo.


Las causas que pueden llevar a una persona a perder los líquidos corporales y, por lo tanto, los electrolitos disueltos en ellos son muy variadas. Por ejemplo, los vómitos, diarrea, sudoración excesiva y continuada o la fiebre alta son condiciones que hacen que se altere el nivel de líquidos corporales.


Claro que no son estas las únicas causas que pueden provocar el desequilibrio. Una dieta desequilibrada y pobre en minerales y vitaminas es también causa más que suficiente para que aparezca un cuadro de hipopotasemia. Esta causa afecta especialmente a ancianos, ya que son muchos los que no siguen una dieta adecuada.


Por último, los problemas renales y ciertos medicamentos también son capaces de impedir que el organismo incorpore adecuadamente electrolitos como el potasio, aunque estos son problemas que suelen estar muy controlados por parte de los médicos.

Los síntomas de los mayores con hipopotasemia

El cuadro de los síntomas de la hipopotasemia irá creciendo en intensidad en poco tiempo. Es decir, el paciente sentirá al principio síntomas muy leves. Sin embargo, si estos no se tratan rápidamente y la pérdida de líquidos y de electrolitos continúa, entonces es cuando los problemas se convertirán en un serio riesgo para la integridad de los ancianos.


El potasio, cabe recordarlo, actúa en el movimiento controlado de los músculos, algo que incluye al propio corazón. De ahí que los primeros síntomas con los que se manifiesta la hipopotasemia tengan que ver con todo el sistema osteomuscular del organismo.


Los espasmos repentinos en forma de contracciones o calambres, la debilidad muscular, el hormigueo y entumecimiento de ciertas partes del cuerpo como las extremidades o la sensación de estar teniendo latidos del corazón irregulares o palpitaciones son los principales síntomas que avisan de un ataque de hipopotasemia.
Pero hay más, especialmente si dicho ataque no se soluciona en sus primeras fases. Cabe destacar que los síntomas que aparecen más tardíamente son los más peligrosos, de ahí la necesidad de evitar que la hipopotasemia vaya a más.


Dentro de estos síntomas más grave cabe destacar la alteración prolongada del ritmo cardíaco, ciertos problemas renales e incluso síntomas tan graves como la encefalopatía hepática debido a la presencia de sustancias tóxicas en el cerebro.
Queda claro que el único camino para evitar males mayores en ancianos es detectar la hipopotasemia cuanto antes para que esta enfermedad no se desarrolle completamente.

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Reflejo de la hipopotasemia en el ECG

Ahora bien, pese a todo lo dicho y a los síntomas que hemos descrito, diagnosticar la hipopotasemia rápidamente no es tan fácil como parece. Son muchos los problemas de salud que pueden cursar con síntomas parecidos a los de esta enfermedad, por lo que la cosa no es nada sencilla.


Es más, en muchos casos, los simples análisis no sirven y la enfermedad puede llegar a confundirse con otros trastornos perdiendo un tiempo realmente valioso que podría evitar males mayores.


De ahí que se use como forma preferente de realizar el diagnóstico el ECG. Los electrocardiogramas muestran al detalle el comportamiento del corazón. Como ya dijimos, uno de los síntomas de la hipopotasemia es el provocar latidos irregulares y palpitaciones que se dejan ver claramente en cualquier ECG.


Es más, se sabe perfectamente las irregularidades que los distintos grados de falta de potasio provocan en el corazón. Por ello, no hace falta más que echar un ojo a un ECG para comprobar si se está padeciendo hipopotasemia o si el problema hay que buscarlo en otra parte.


Es evidente que el ECG debe hacerse en centros médicos adecuados. Lo que queremos decir con esto es que el diagnóstico de la hipopotasemia no se puede hacer siguiendo solo los síntomas externos de la misma, por lo que no hay que caer jamás en el autodiagnóstico.

Principales causas de la enfermedad

Aunque muchos piensen lo contrario, no es una dieta falta en potasio lo que puede llegar a provocar la hipopotasemia. La inmensa mayoría de alimentos cuentan con este electrolito y, además, el cuerpo puede ajustarse muy bien a niveles bajos sin que se produzcan problemas tan graves como la hipopotasemia.


Lo que esto quiere decirnos es que, cuando se da un caso de hipopotasemia, tiene que haber una patología que sea la que esté provocando que el anciano presente problemas.


Por ejemplo, los tratamientos a base de diuréticos hacen que se pierda una gran cantidad de agua en poco tiempo. También el alcoholismo está relacionado con la falta de potasio, ya que la ingesta de bebidas alcohólicas provoca deshidratación rápidamente.


Tampoco hay que descartar en absoluto que haya un problema de fondo en los riñones y que estos no puedan trabajar adecuadamente. Es evidente con todo lo que hemos dicho que el origen no es comer poco potasio.

Las consecuencias de padecer hipopotasemia

Los problemas de esta enfermedad se dejan ver a muchos niveles. Estos van desde el sistema renal al conjunto hormonas que controlan el estado del cuerpo, lo que hace que la hipopotasemia llegue a ser realmente seria y peligrosa.


Por ejemplo, la falta de potasio impedirá a los ancianos digerir adecuadamente ciertas proteínas. Esto tiene como consecuencia la aparición de problemas digestivo y la falta de un nutriente que es esencial para que los mayores no pierdan masa muscular.


Por otro lado, la hipopotasemia es más que capaz de dañar seriamente los riñones. Ante la falta de potasio, el riñón tendrá que sobretrabajar, algo que es muy peligroso en ancianos que ya pueden tener ciertos problemas en la función renal.


Por otro lado, la falta de potasio impide que se secrete adecuadamente insulina con todos los riesgos que ello conlleva.


Hay otros muchos problemas de padecer hipopotasemia que se mantienen más ocultos. Es posible incluso que la enfermedad degenere en ciertos problemas cardíacos debido a la irregularidad de los latidos, por lo que existen muchos riesgos asociados a este trastorno.

Cómo prevenir la enfermedad en ancianos

La mejor forma de evitar problemas es previniendo la hipopotasemia, algo que puede hacerse con no demasiada dificultad. Para empezar, hay que vigilar si el anciano está consumiendo medicamentos diuréticos. En caso de ser así, estos deben ser no ahorradores de potasio, algo que ya puede elegirse para evitar problemas por la pérdida de líquidos del cuerpo.


Con todo, también es fundamental, especialmente en las personas que se están medicando, conseguir que se lleve una dieta saludable y equilibrada. La dieta no suele ser nunca el origen de la hipopotasemia, pero sí que puede evitar su aparición cuando se incluyen alimentos saludables que estén cargados de potasio como los frutos secos o frutas como el plátano.


Y, para terminar, lo más importante de todo es realizar frecuentes revisiones médicas, especialmente en aquellos ancianos que tengan tratamientos que potencialmente puedan hacer que la hipopotasemia se desarrolle.

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