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Nictofobia o el miedo irracional a la oscuridad

El miedo a la oscuridad no es algo exclusivo de los más pequeños, sino que los mayores también pueden temer lo que no pueden ver. La nictofobia es fobia a la oscuridad y, en el caso de las personas de la tercera edad, este trastorno provoca ansiedad al pensar mucho en la muerte y tenerle miedo según creen que se acerca la hora.


Aunque las personas adultas son conscientes de que han de enfrentarse a sus miedos de forma racional, muchas veces no es posible deshacerse de ellos tan fácilmente al haber vivido experiencias traumáticas que pudieron tener lugar en la niñez. En estas situaciones es recomendable acudir a un profesional experimentado que brinde ejercicios y pautas adecuadas para enfrentarse, en este caso, al miedo a la oscuridad.


En este post vamos a tratar largo y tendido sobre la nictofobia, los motivos por los que aparece y qué se puede hacer para que desaparezca.

¿Qué es la nictofobia?

Como hemos mencionado, la nictofobia es un trastorno de ansiedad producido por un miedo irracional hacia la noche o la oscuridad. Este miedo se detecta cuando una persona no puede conciliar el sueño en la noche al encontrarse en un lugar oscuro o no puede dormir por el simple hecho de encontrarse sin compañía.


Cuando los adultos temen la oscuridad, tratan de evitar los lugares o espacios faltos de luz. De hecho, tan sólo imaginar un escenario oscuro es suficiente para provocar ansiedad. La persona que padece nictofobia asocia la oscuridad a algunos riesgos que le impiden reaccionar con normalidad. En el caso de las personas mayores, el miedo a la muerte podría ser la causa principal de su temor a la oscuridad.


La nictofobia afecta principalmente a los niños pequeños, aunque también puede originarse en los adultos. Como ya hemos indicado, puede aparecer en la vejez, especialmente si el mayor vive solo.


La fobia a la oscuridad no se debe únicamente a la ausencia de luz, sino a todos los peligros que encierra una situación que la persona no puede controlar. En este sentido, las personas que temen la noche suelen tener un carácter ansioso o temeroso ante algo que no hayan superado en su momento. De esa forma, relacionan la oscuridad con un hecho o estímulo concreto que es equivocado.

¿Por qué aparece el miedo a los lugares oscuros?

El miedo a la oscuridad no sólo afecta a niños y mayores. Aunque se da con frecuencia en la niñez, los adultos pueden tener algún miedo interno que termine en una fobia a la oscuridad. Normalmente, según nos hacemos mayores, este miedo se supera de forma natural, pero también puede suceder que continúe al llegar a la vejez.


Este trastorno de la ansiedad hace que las personas que lo padecen eviten quedarse a oscuras en cualquier lugar. Si una persona mayor con nictofobia se queda sin luz, le envuelven sensaciones de pánico paralizantes al imaginarse que la oscuridad entraña peligros que ciertamente no existen.


Se podría decir que es similar a la claustrofobia en cuanto a que aparece un miedo irracional del que la persona quiere huir, aunque el mismo miedo se lo impide. En el caso de las personas mayores, esta fobia aparece ante el miedo a morir y es por la noche cuando más tienen lugar este tipo de reflexiones.

Las principales causas que generan nictofobia

La nictofobia puede deberse a multitud de factores, ya sea por algo traumático que se vivió en la infancia como por factores evolutivos o la consecuencia de una inestabilidad emocional. A continuación te vamos a explicar las causas más comunes por las que una persona puede experimentar este miedo:

  • Ver demasiadas películas de terror que hieren la sensibilidad.
  • Tener muchas pesadillas durante la noche.
  • Experiencias traumáticas sucedidas en un lugar oscuro que den lugar a malos recuerdos.
  • Inestabilidad emocional que conlleve la aparición de esta fobia. De hecho, la depresión en personas mayores puede ser un factor que origine nictofobia.
  • El factor evolutivo se refiere a la pérdida de visión que las personas sufren con el paso del tiempo, lo que puede acarrear mayor número de inseguridades.

Cómo detectar el trastorno a través del nictofobia test

El nombre de Nictofobia hace claras referencias a la mitología griega . Por un lado está Fobos, que es el Dios del miedo, y por el otro se encuentra Nix, la diosa griega de la noche. Sin embargo, este trastorno también recibe los nombres de ligofobia, acluofoia, mictofobia o escotofobia.


No siempre las personas que padecen nictofobia saben que lo tienen. De hecho, los familiares de las personas mayores pueden desconocer este hecho y pasar como algo inadvertido por sus vidas. Para comprobar si una persona sufre este trastorno, se llevan a cabo los test de nictofobia, uno de los cuales consiste en mostrar imágenes en entornos carentes de luz. En este contexto, si la persona empieza a notarse ansiosa e incómoda, puede ser el resultado de la nictofobia.


Los profesionales también llevan a cabo preguntas específicas para saber hasta qué punto perjudica la calidad de vida del paciente. Y es que la nictofobia puede peligrar la vida diaria del afectado e impedir que desempeñe correctamente sus quehaceres familiares o laborales.

Un método rápido y fiable

Este método hace referencia a un test de fobia a la oscuridad que sirve para entender las razones por las que la nictofobia apareció en la vida del paciente. Su objetivo, por tanto, es determinar las causas para poder optar por el mejor tratamiento, aquel con el que poder superar el miedo.


Los test que miden el temor que tienen las personas a los espacios cerrados, ya sea en el interior de la vivienda o en lugares fuera de casa, no duran demasiado. En caso de no superarlo, la persona debe ponerse en las manos de psicólogos especialistas para tratar la fobia cuanto antes.


Las preguntas que forman parte de este formulario suelen ser menos de 10 y se contestan de manera rápida y concisa. La idea es evaluar el miedo y entender las causas de su aparición. ¿Se trata de un motivo injustificado? ¿El miedo a la oscuridad es irracional? ¿Sólo ha de tratarse dentro de casa? ¿Es puntual o persistente?


Este tipo de preguntas orientarán al profesional encargado del caso para que pueda emplear el tratamiento más eficaz acorde a la situación y las necesidades del mayor.

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¿Por qué la amígdala está asociada al miedo a la oscuridad en mayores?

Algunos estudios han determinado que detrás del miedo a la oscuridad puede existir una explicación de carácter científico. Al parecer, este trastorno puede regularse en la parte del cerebro donde se regulan y gestionan las emociones.


Concretamente, la amígdala es la parte que estaría relacionada con este tipo de fobia, de forma que su actividad podría variar dependiendo de la exposición de la persona hacia la oscuridad o la luz. De esa manera, el cerebro controlaría el miedo ante las luces encendidas, y generaría más miedo con la luz apagada.


Se trata de un mecanismo que permanece activo y que reacciona según la mayor o menor exposición a la luz. Esto tiene su sentido, pues la amígdala forma parte del sistema límbico, donde se procesan las emociones, poniendo en marcha un sistema de alerta cada vez que el cerebro interpreta erróneamente un peligro que está asociado a la oscuridad.


Por tanto, algunos científicos han podido demostrar que el miedo a la oscuridad está relacionada íntimamente con una mayor actividad de la amígdala, algo que sucede justo a la inversa cuando aumenta la luz.

¿Qué significan los términos acluofobia y escotofobia?

La nictofobia puede tratarse e incluso es posible acabar con ella a través de diferentes ejercicios y técnicas de relajación. Se trata de una guía diseñada por un profesional por la que el paciente debe avanzar poco a poco.
La nictofobia también es conocida como acluofobia. En cuanto a la escotofobia que también vendría a significar lo mismo, procede de dos términos griegos: skotos (oscuridad) y phobos (fobia).


Aunque parezca un trastorno desarrollado por la situación personal de cada individuo, lo cierto es que el ser humano desde siempre ha tenido miedo a la oscuridad al sentirse más vulnerable frente a animales que podían acabar con su vida.


Sea como fuere, en los casos de escotofobia o acluofobia, el tratamiento que se lleva a cabo en los pacientes es la llamada terapia cognitivo conductual, en la que el problema se expone abiertamente y se controlan los síntomas. Esta herramienta basada en la terapia psicológica ha demostrado tener mucho éxito en los casos en los que ha formado parte.

Los síntomas principales de la nictofobia en ancianos

La nictofobia puede llegar al extremo de causar incapacidad en la persona cuando permanece a oscuras. De esa forma, el trastorno puede incidir negativamente en el sueño, algo que el paciente suele solucionar al dormir con la luz encendida o al menos con una pequeña lámpara junto a él.
En las personas mayores que sufren nictofobia pueden presentarse los siguientes síntomas:

  • Imposibilidad para dormir.
  • Muchas pesadillas durante la noche.
  • Temblores, náuseas y sudoración excesiva.
  • Miedo irracional en entornos oscuros.
  • Ansiedad paralizante y ataques de pánico.
  • Incapacidad para poder actuar ante cualquier riesgo latente.
  • Migrañas.
  • Boca seca.
  • Falta de apetito.

Cómo superar la nictofobia

Para hacer frente a la nictofobia y tratarla con efectividad es preciso la intervención de un profesional dedicado a la psicoterapia. Ahora bien, en el caso de los mayores, es posible seguir algunos consejos y recomendaciones que vamos a tratar a continuación, que podrán realizar con ayuda de una cuidadora profesional.

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Recomendaciones para acabar con la fobia a la oscuridad

La nictofobia puede superarse. Hablamos de una fobia y como cualquier otra puede eliminarse al enfrentarse a la ansiedad generada por el miedo irracional ante la noche o la oscuridad.

  • Una recomendación eficaz consiste en emplear sistemas de iluminación avanzados que se pueden graduar para que el afectado pueda ir controlando su miedo poco a poco. Lo más aconsejable es que otra persona se encargue de programar la intensidad de la luz, de forma que el mayor apenas se entere de los cambios.
  • Otra forma de hacerlo consiste en tumbarse en un lugar cómodo e imaginar que se encuentra en una habitación completamente oscura. Para hacerlo bien, la persona deberá cerrar los ojos y estar al lado de alguien de confianza. La idea es hacerlo en un lugar que le brinde seguridad para enfrentarse a este trastorno paulatinamente.

Consejos para superar el miedo irracional de la nictofobia

Para superar la nictofobia es necesario contar con la ayuda de profesionales, aunque algunas pautas pueden ayudar a tolerarla mejor:

  • La persona buscará motivos que expliquen su miedo a la oscuridad. Una vez hecho, se dará cuenta de que su fobia tiene solución.
  • Exponerse progresivamente a la oscuridad a través del uso de luces que cuenten con diferentes niveles de intensidad.
  • Como ya hemos indicado antes, el afectado deberá imaginarse en un entorno de completa oscuridad e intentar controlar la situación con ayuda de ejercicios respiratorios.
  • Motivarse a uno mismo a través de frases inspiradoras, como «sigo andando en la oscuridad y no va a pasar nada».
  • Reducir la angustia y la ansiedad creadas con técnicas de respiración y relajación.
  • Superar la fobia con ayuda de amigos y familiares, y ante la aparición de situaciones de ansiedad sentirse arropado.
  • Afrontar el miedo con coraje, apagando la luz al acostarse.
  • Es imprescindible adoptar hábitos de sueño saludables en forma de siestas breves, un horario regular para irse a la cama, beberse un vaso de leche caliente antes de acostarse, etcétera.
  • Tomar infusiones naturales como tila para sentirse más relajado.
  • Llevar a cabo ejercicios basado en la relajación, como el yoga especialmente indicado para mayores.
  • Realizar alguna actividad mientras la persona permanece en absoluta oscuridad, como llamar por teléfono o escuchar música relajante.

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