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Enfermedades y patologías en la tercera edad

Cumplir años es algo que todos tenemos como objetivo. Pero también es algo que va generando problemas de salud debido al lógico desgaste de los diferentes sistemas que forman el cuerpo.


Las enfermedades relacionadas con el envejecimiento no son pocas. Es más, hay muchas que son completamente exclusivas del transitar a lo largo de la vida. Hay casos en los que los cuidadores o la familia de las personas mayores no tienen conciencia de que esto es así.


Comprender que un anciano presenta patologías propias de la edad es vital para ofrecer un cuidado completo a todos los niveles. Si se desconoce que existe la enfermedad o que esta se debe precisamente a las complicaciones lógicas de la edad, será complicado ofrecer un cuidado adecuado para los mayores.


Todo ello redundará en una peor calidad de vida para las personas mayores. Por el contrario, si se conoce la enfermedad, será posible adecuar el estilo de vida de estas personas para conseguir unos resultados óptimos que aporten felicidad y bienestar a un momento de la vida que puede convertirse en uno de los mejores.

Cuándo se considera que una persona es mayor en España

Hay que tener claro a qué nos referimos cuando hablamos de una persona mayor. Hasta no hace mucho, instituciones internacionales como la OMS y otras consideraban que se podía hablar de persona mayor cuando un individuo cumplía los 60 años.


Sin embargo, la esperanza de vida no ha dejado de crecer en los últimos años y las mejores en las condiciones médicas y habitaciones han retrasado el envejecimiento en los sujetos que habitan países del primer mundo como es el caso de España.


Con todo, hoy se sigue considerando que alguien es mayor cuando cumple 65 años. Esto coincide aproximadamente con la edad de jubilación. No obstante, es posible que una persona con esta edad se encuentre en perfecta forma y libre de patologías por las causas que antes hemos señalado.
Pese a esto último, tomaremos como referencia esa edad para referirnos a personas mayores en nuestro entorno.

Las enfermedades más comunes entre las personas mayores

A continuación vamos a detallar las principales enfermedades que se producen como efecto del envejecimiento. Evidentemente, no son todas, pero sí que se trata de una representación bastante clara de los principales problemas que presentan las personas mayores que necesitan de cuidados.

Artritis y artrosis

Estas dos, que no se deben confundir, son de las enfermedades más comunes en las personas mayores. Y es lógico que así sea, ya que son enfermedades que se producen por el desgaste de las uniones de las articulaciones del cuerpo, algo que es fruto del tiempo y del trabajo que se lleva a cabo con ellas.


Todo suele comenzar con la artritis. Esta se produce por una inflamación de los tejidos blandos que existen entre las diferentes articulaciones. Pueden ser las grandes como los codos, los hombros o las rodillas, pero también las más pequeñas como las que se encuentran en los dedos de las manos.


Al inflamarse estos tejidos, las personas sufren de intensos dolores y de falta de movilidad, lo que puede conducir a otras patologías debido al sedentarismo. Es más, la artrosis es una forma de complicación de la artritis que cronifica los problemas en las articulaciones haciendo que las personas queden realmente impedidas.


Esto se produce cuando el cartílago se va consumiendo por efecto de los ataques de artritis. Conocer los síntomas de la enfermedad es vital para poder solucionar sus problemas más graves permitiendo que las personas mayores disfruten de la movilidad manteniendo una vida lo más activa posible.

Enfermedades mentales y neurodegenerativas

Aquí se dan cita dos grandes grupos de enfermedades que son capaces de arruinar la vida de muchas personas mayores. Por un lado, contamos con patologías mentales que pueden ser tratadas, pero que no se suelen controlar debidamente a tiempo.


Hablamos de problemas de salud como el Parkinson, el Alzheimer o la demencia senil. Es cierto que se trata de patologías que, una vez que aparecen y se manifiestan, son incurables. Sin embargo, sí que se pueden tratar sus síntomas permitiendo que el avance de la enfermedad sea muy lento.


Para ello es importante hacer que los mayores mantengan una vida mental lo más activa posible. Se trata de proponerles actividades que refresquen su capacidad de razonar o de interactuar con el medio, ya que este tipo de patologías van mermando poco a poco la capacidad que tienen estas personas de enfrentarse con el mundo.
Además, hay que estar siempre vigilante.

Los pequeños olvidos, los estados de ausencia prolongados o la irritabilidad son pequeños indicios que pueden estar mostrando que hay un problema de fondo que debe ser diagnosticado y tratado debidamente.

Osteoporosis

Aunque es una enfermedad que puede darse tanto en hombres como en mujeres, son estas últimas las que tienen que tener especial cuidado con ella debido a condicionantes genéticos.


La osteoporosis es el nombre que recibe un problema de salud que va deteriorando el hueso eliminando parte de los minerales que lo forman y dejando que este sea más endeble y, por lo tanto, quebradizo.


De esta forma, las personas mayores que la sufren quedan expuestas a roturas de huesos que pueden eliminar buena parte de su calidad de vida. Estas fracturas pueden ser consecuencia de caídas, pero también simples roturas por estrés debido a la fragilidad que va adquiriendo la masa ósea.


Prevenirla es cosa de toda la vida. Sin embargo, el cuidador de las personas mayores que la sufran deberá comprender bien la enfermedad. El anciano podrá moverse y tendrá que hacer ejercicios para fortalecer sus articulaciones, pero estos se tendrán que adaptar a las condiciones que imponen sus huesos para no llegar a ser un problema a largo plazo.

Diabetes

Dejando de lado a aquellas personas que padecen diabetes de forma común, hay que tener en cuenta que hay otras muchas que la desarrollan precisamente cuando son mayores. ¿Por qué? Muchos de los motivos tienen que ver con el estilo de vida que se ha acumulado en años anteriores y con el que se adopta cuando cesa la actividad laboral al cumplir la edad de jubilación.


La mala alimentación y los hábitos sedentarios son los principales responsables de la aparición de la diabetes. Si no se corrigen, cualquier persona mayor tiene unas altas probabilidades de padecer esta patología en este momento de su vida.
Dicho esto, puede verse fácilmente que también es muy fácil esquivar los problemas que crea la diabetes en las personas mayores. Basta con que estas tengan cuidado con sus hábitos alimenticios y que hagan ejercicio con regularidad. Simplemente, caminar una hora todos los días puede convertirse en el mejor remedio para conseguir que la diabetes no sea ningún problema permitiendo que los mayores disfruten sin tener que estar pendientes de este problema de salud.

Obesidad y desnutrición

Aunque la obesidad y la desnutrición parecen cosas contrapuestas, lo cierto es que se trata de patologías que tienen mucho que ver y que suelen ser muy frecuente entre las personas mayores que todos tenemos cerca.


Un problema muy habitual en las personas mayores es no conseguir unos hábitos alimenticios saludables. Uno de los casos puede ser debido a mantener el tipo de alimentación que se llevaba en épocas de grandes esfuerzos físicos durante los años de trabajo, lo que puede conducir sin ninguna duda a la obesidad. Otro problema es el de dejar de comer lo suficiente para estar bien nutridos. Este es muy común, ya que las personas mayores suelen ir perdiendo progresivamente el apetito de una forma natural o por la presencia de patologías asociadas.


En ambos casos, la situación puede llegar a ser realmente grave. La salud requiere en cualquier momento de la vida que se tengan hábitos saludables en lo que a la alimentación se refiere.


Pero es en la tercera edad cuando es necesario controlar más si cabe estos hábitos. Una persona mayor tiene que estar bien nutrida para que otras enfermedades no se den cita en su organismo. Sin duda, los problemas de alimentación tienen mucho que ver con patologías que afectan al resto del organismo, por lo que se hace necesario diseñar un menú especial para los mayores.

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Problemas respiratorios

Enfermedades como la gripe o la neumonía pueden aparecer en cualquier franja de edad. Sin embargo, para las personas mayores son tan frecuentes como peligrosas. Es más, más del 40 % de los ancianos que contraen neumonía tienen que ser ingresados en el hospital, algo que sirve para comprender la importancia que pueden llegar a tener.


Los problemas respiratorios son complicados de prevenir. En muchos casos, se deben a patógenos externos como virus o bacterias. Una buena forma de evitar los problemas que suelen traer aparejados es evitar que los ancianos estén en lugares en los que la contaminación es probable o que, al menos, lleven una mascarilla para protegerse.
No obstante, los problemas causados por estas enfermedades también tienen mucho que ver con los hábitos de vida de las personas mayores.

Cuidar la alimentación, llevar una estilo de vida activo y vacunarse de enfermedades como la gripe puede ser más que suficiente para evitar las peores complicaciones que estas enfermedades tienen.

Enfermedades del corazón

Los problemas del corazón se encuentran entre las principales causas de mortalidad para las personas mayores. Incluso sin llegar a este extremo, hay patologías cardíacas que impiden que cualquier persona pueda conseguir una buena calidad de vida.


Problemas como la debilidad, la asfixia y otros parecidos pueden esconder detrás algún problema grave relacionado con el músculo cardíaco. Es más, estos detalles tienen que verse como indicios de enfermedad cardiovascular y como el principio de algo que puede terminar en un infarto.


Las personas mayores, incluso las que han arrastrado problemas de corazón durante buena parte de su vida, no pueden caer en el sedentarismo ni en hábitos perjudiciales como el tabaquismo o el aumento de los niveles de colesterol por una mala dieta.


Es importante que se vigilen todos los aspectos de la vida diaria de las personas mayores para conseguir buenos resultados de cara a la calidad de vida que se desea alcanzar. Eso sí, el ejercicio físico siempre debe adaptarse a cada situación concreta, algo que el cuidador debe tener muy presente comprendiendo los esfuerzos a los que se puede enfrentar un anciano.

Trastornos del sueño

Son uno de los problemas más silenciosos de los que padecen las personas mayores, pero son el motivo de otras patologías que se presentan de forma más evidente.


Los trastornos del sueño en mayores van desde el insomnio hasta la hipersomnia. Son dos extremos de una misma moneda, ya que ni se debe dormir poco o nada ni llegar a extremos en los que se pase la mayor parte del día sumido en el sueño.


Ambos casos esconden problemas de salud que no se manifiestan claramente. El insomnio puede deberse a situaciones como el estrés o la ansiedad por las condiciones de vida mientras que la hipersomnia estará motivada por causas como la depresión o la debilidad por enfermedades.


Mantener unos hábitos de sueño equilibrados es clave. Para ello es fundamental conseguir que las personas mayores sigan teniendo una rutina de horarios consistente, algo a lo que ayuda bastante el animar a estas personas a que participen en actividades sociales y hagan deporte de forma frecuente.

Fatiga crónica

Es una de las enfermedades más incomprendidas de todas las que estamos viendo y una de las que hay que vigilar con más atención. La fatiga crónica se caracteriza por crear un cuadro de cansancio extremo del que las personas mayores no pueden escapar.


Esto las conduce directamente al sedentarismo y a problemas mentales como la depresión. El cóctel es explosivo para cualquier mayor, ya que se produce una combinación de factores que termina propiciando que se pierda por completo la calidad de vida y que se acaben desarrollando patologías más graves.


Desgraciadamente, no existe un tratamiento que corrija de forma eficaz el cuadro clínico conocido como fatiga crónica. Lo que sí que se puede llevar a cabo es una modificación de las rutinas diarias para conseguir un estilo de vida que vaya eliminando poco a poco los problemas causados por esta patología.

Ello pasa por fomentar una alimentación saludable, establecer una rutina horaria equilibrada y fomentar el que los mayores participen en actividades de todo tipo para que no caigan en este problema.

Enfermedades visuales

El glaucoma, la vista cansada o las cataratas son problemas que acucian a muchas personas mayores. La situación en sí misma no pone en peligro su vida, pero sí que es la causa de que los mayores comiencen a retraerse de la actividad diaria perdiendo el contacto con el mundo que les rodea.


Es por ello fundamental detectar estos problemas en cuanto aparezcan. Para ello, cualquier especialista recomendará que los mayores se sometan anualmente a una revisión con un oculista.


Esto puede servir para evitar los peores problemas causados por enfermedades que, en muchos casos, se corrigen simplemente con el uso de unas lentes adecuadas.

Pérdida de audición

El oído es clave para que los mayores puedan seguir relacionándose de forma adecuada.

Sin embargo, son muchas las personas de cierta edad que ven como su capacidad auditiva disminuye y no hacen nada para remediarlo.
La consecuencia es que se van aislando cada vez más de su ámbito familiar y social debido a la incapacidad para comunicarse. Al producirse esto, la depresión y la manifestación de otras patologías asociadas es algo seguro.


Como sucedía con el caso de la vista, los problemas auditivos en personas mayores tienen hoy muy fácil corrección. Es por ello que también se recomienda que se acuda al menos una vez por año para comprobar el estado de los oídos y evitar que su degeneración llegue a niveles que impidan que los mayores puedan seguir con un estilo de vida saludable.

Depresión

Hemos dejado para el final a la depresión. No porque sea la que menos importancia tiene, ya que, sin duda, este problema mental se esconde prácticamente detrás de casi todas las patologías que los mayores pueden desarrollar.


Es muy importante que el entorno de los ancianos esté siempre pendiente de las manifestaciones que la depresión muestra en sus seres queridos. La falta de ganas de hacer nada, el no querer salir de casa, el miedo excesivo al contacto con los demás o la falta de voluntad para llevar a cabo planes que siempre habían satisfecho a los mayores son algunos detalles que hay que vigilar.


También es fundamental que los mayores no pierdan el contacto social. La soledad es una de las causas que provoca un mayor índice de problemas en mayores y es muy fácil de evitar. La misma familia y el cuidador tienen que animar a la persona a que mantenga sus contactos y a que participe en actividades lúdicas para poder conocer a nuevas personas, todo ello con el objetivo de alejar el fantasma de la depresión.

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